El arquitecto español Vicente Guallart ha sido noticia recientemente por haber ganado un concurso internacional promovido en el nuevo centro urbano de Xiongán, cerca de Pekín, con el proyecto “La ciudad autosuficiente”, una nueva manera de entender los edificios de viviendas en la era poscovid.
A través de este trabajo hace hincapié en la necesidad de crear un entorno residencial donde sus habitantes puedan vivir, trabajar y descansar. Gracias a una fusión urbanística china y europea, las cuatro manzanas de edificios de madera que forman el complejo son capaces de generar su propia energía y producir sus alimentos. Asimismo, el proyecto, ideado durante el confinamiento, está preparado para albergar espacios de teletrabajo en las viviendas.
¿Este nuevo centro urbano es el prototipo de la ciudad futura tras el covid-19?
Puede ser. En China han adoptado por primera vez la estructura urbana en malla propia de las ciudades europeas con la densidad característica china. También empezarán a construir esta nueva área después de la crisis del covid-19; por lo tanto, es una buena oportunidad para ellos.
¿Cómo debe ser una ciudad ecológica para ser considerada como tal?
Debería seguir unos principios naturales y desarrollar lo que se viene a llamar la Bieconomía Circular. A este nuevo modelo se llama Biociudades porque fomentan la vida.
Hay múltiples principios, pero entre otros destacaría la necesidad de hacer ciudades caminables, donde en la mayoría de casos no haya que utilizar la movilidad mecánica para ir a trabajar o acceder a los servicios básicos (la llamada ciudad de 15 minutos), con edificios construidos con materiales naturales (como la madera) y capaces de producir energía con sistemas renovables, y con calles destinadas principalmente para el peatón y la vida en comunidad, con árboles y sistemas naturales que hacen además que el aire no esté contaminado.
¿Cómo debería ser la vivienda poscovid en España?
La vivienda debería reflejar todo aquello aprendido durante la pandemia e incorporar los elementos necesarios para luchar contra el cambio climático. Debería ser una vivienda entendida como un servicio, construida con madera y materiales naturales, con espacios de relación social en la escala del edificio y sobre todo debería ser accesible económicamente para aquellos que la necesitan.
En una entrevista concedida a un diario en 2019 decía que la arquitectura del siglo XXI debía ser como un árbol, ¿qué significado cobran ahora estas palabras?
Los edificios deben ser como árboles en el sentido que tienen que formar parte de la naturaleza. También han de producir energía, gestionar su agua, y acoger la vida en su interior. Por eso nuestros edificios son de madera, y por tanto almacenan el CO2 que han capturado durante el desarrollo de los propios árboles.
¿Es la madera el material del futuro?
Si el acero fue el material del siglo XIX y el hormigón del siglo XX, la madera es el recurso constructivo del siglo XXI.
¿En qué medida las nuevas tecnologías, como el blockchain, pueden ayudar a hacer una urbe más cohesionada e interrelacionada?
El blockchain o la idea que la inspira (sistema que registra de forma transparente todas las micro transacciones de cualquier tipo que hay en una comunidad), puede aplicarse a los sistemas de energía distribuidos, o a cualquier otro tipo de gestión de recursos o de registro de información que se produce en las ciudades.
¿Cómo afectan las costumbres de los ciudadanos a la fisionomía de la ciudad?
Totalmente. La ciudad es la manifestación construida en piedras de las relaciones sociales y culturales que establece una comunidad. La urbe es la manifestación más amplia (y que en general perdura más en el tiempo) de una cultura, de una sociedad. Y la ciudad la construyen sus ciudadanos, con sus interacciones diarias.
Dicen los expertos que el confinamiento a causa del Covid-19 ha ayudado a sacar las vergüenzas de nuestras viviendas, ¿se puede actuar eficientemente sobre edificios existentes para corregir los defectos o es partidario de construir de nuevo sobre lo ya edificado?
Las ciudades siempre trabajan sobre la renovación de los edificios existentes, así como sobre la construcción de bloques nuevos. Por tanto, la rehabilitación es crucial para hacer que los edificios produzcan energía, para acoger nuevas funciones, y en algunos casos ampliarlos para permitir que tengan terrazas. Esto es especialmente importante en los “polígonos” de vivienda social que se construyeron (en general con poca calidad) durante los años 60 y 70. Por otro lado, las construcciones deberían ser a partir de ahora paradigma de esta nueva arquitectura autosuficiente.
¿En España las cubiertas de los edificios están infrautilizadas?
Por supuesto. La mayoría de los edificios tienen cubiertas planas y en ellas se podrían colocar invernaderos para producir alimentos y energía, o bien cubiertas vegetales con paneles solares.
¿Cree que las promotoras y constructoras están suficientemente implicadas y concienciadas con la arquitectura basada en la autosuficiencia?
Creo que sí, porque el próximo gran reto después de la crisis por la vida será la crisis por el clima.
¿Este proyecto ganador es a Pekín lo que será Madrid Nuevo Norte a Madrid?
Son propuestas distintas porque este proyecto será una ciudad satélite, creada para descongestionar Beijing, y que con el tiempo tendrá su propia identidad. Madrid Nuevo Norte es una extensión de Madrid alrededor de las vías del tren, en continuidad con la ciudad existente.